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Iglesia del Monasterio

La proximidad de nuestro monasterio de la Ruta Jacobea lo convierte, como a tantos otros lugares cristianos, en "testigo" de la presencia de Cristo en los peregrinos, que camina con ellos y a la vez se hace "camino interior" que ilumina, transforma y fortalece o despierta la fe. Cristo compañero de camino El deseo o la búsqueda de Dios que anida en el corazón de muchos peregrinos tiene un nombre: ¡Cristo! ¡Camino, Verdad y Vida! En cada recodo del camino deja oir su voz, como quien comparte y hace suya la propia existencia. Se hace de nuevo realidad la experiencia de los discípulos de Emaús: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba?".

Un remanso de Paz
Nuestra comunidad ofrece a los peregrinos este lugar de oración, recogimiento, silencio y paz donde pueden vivir  esta  experiencia y encuentro personal con el Señor mediante la participación en la oración comunitaria, la celebración de la Eucaristía y la adoración silenciosa.

Son bastantes los peregrinos que  se acercan a nuestro monasterio no solo para hacer un "alto en el camino" y tener un descanso sino principalmente para vivir esta experiencia de fe.

Mediante una llamada telefónica o E-mail se concreta el día y la hora de llegada, en lo posible antes de las 5,30 de la tarde.

Después de una cálida "Bienvenida" por parte de la Hermana hospedera y de un pequeño refrigerio para aliviar la dureza y dificultades del camino se les acoge en la hospedería monástica.  Esta acogida, que se enmarca en la acogida cristiana, tiene como característica principal dar la posibilidad a los peregrinos, como ya se ha dicho, de participar en la oración y vida de la comunidad.

Es por esto por lo que, después de un tiempo de descanso y aseo personal, aquellos que lo desean, pueden participar a la 6,15 de la tarde en la oración vespertina (Vísperas).  Sigue un tiempo de oración en silencio.

Más tarde, a las 7,30, comparten la cena con el resto de los huéspedes en ambiente de familia.

Y en el Camino una Estrella: La Virgen
8,15 Oración del final del día (Completas) con el canto de la Salve a la Virgen, estrella del camino,
que con su amor maternal acompaña a sus hijos. Se termina con la Bendición por parte de la M. Abadesa.

A la mañana siguiente:
Los peregrinos madrugan para proseguir su camino pero antes participan a las 7,30 con la comunidad
en la Eucaristía en la que se integra la oración matutina de Laudes. Desayunan antes o después.
Acompañados por esta oración y nuestro afecto fraternal los peregrinos prosiguen su camino.

Contactos:
Tel. 699013663
E-mail: mrosa@monasteriodealloz.org   (H. Rosa)


                                                                         Betania: Acogida de Jesús en casa de Marta, María y Lázaro   

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